La gran cantidad de plásticos, que no deja de aumentar, su impacto en la biodiversidad y su contribución al cambio climático, así como la forma de abordar estas cuestiones desde una perspectiva de economía circular, forman parte de la agenda política de la Unión Europea desde hace años. La pandemia de la COVID-19 no ha hecho más que aumentar el interés por los desechos plásticos al dejar imágenes de mascarillas en los océanos y grandes cantidades de equipos de protección de un solo uso. En el informe sobre la economía circular de los plásticos, publicado hoy, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) analiza la necesidad y el potencial de una transición hacia un enfoque circular y sostenible del uso que hacemos de los plásticos.
Si bien en los últimos años se percibe una mayor concienciación, preocupación e iniciativa sobre la forma en que desechamos los plásticos en el medio marino y en otros medios; hay muchos otros efectos negativos de los plásticos que son menos conocidos, como su contribución al cambio climático y los nuevos retos relacionados con la pandemia de la COVID-19, según el informe de la AEMA Plastics, the circular economy and Europe′s environment — A priority for action (Plásticos, la economía circular y el medio ambiente en Europa: una prioridad para la acción).
El informe aborda cuestiones como la producción, el consumo y el comercio de plásticos, el impacto medioambiental y climático de los plásticos durante su ciclo de vida y analiza la transición hacia una economía circular de los plásticos a partir de tres vías en las que intervienen los responsables políticos, la industria y los consumidores.
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